Dicen que esto del amor es un juego de locos
al alcanze de unos pocos, y aún así
sigo buscando en mi cordura
algún granito de locura
que me acerque más a tí.
Qué más da si alguna vez andamos descalzos
sin miedo a equivocarnos otra vez.
Y caminando sin zapatos
voy buscando los atajos
que se acerquen más a tí.
Y si pierdo la razón trataré de seguirte,
de guiar a este despistado corazón
hasta el ladito de tu vera
por aire, mar y arena
de esa gruesa que es mucho mejor.
Déjame que cuente que hace tiempo yo fui un loco,
pero de esos que acaban solos, ya me ves.
Vivía lejos de este mundo
encerradito entre unos muros
que se incrustaron en mi piel.
Cuánto tiempo me pasé desenredando mi cabeza
y poquito a poco la pereza se me fue.
Y ahora sueño con aventuras
sin tapujos ni armaduras
entre barquitos de papel.