Los historiadores, sociólogos, antropólogos, filósofos y psicólogos llevaron a cabo otra investigación: Confeccionar el entramado social así como estudiar comportamientos y posibles secuelas al habitar en el Arca y su exposición a un largo periodo de tiempo. Intentar crear un sistema lo bastante fiable para reducir al mínimo consecuencias nocivas en el desarrollo de la sociedad Arcana.
El azar y la propia evolución tendrían un papel fundamental en el desarrollo y desenlace del Proyecto entero, sobretodo a largo plazo. Todas y cada una de las distintas fases de los proyectos, misiones, programas y demás estaban destinadas a acotar, en la medida posible, ese margen impredecible e intervenir con los recursos de los que se disponía para llevar la situación bajo control el máximo tiempo posible.
La primera premisa estaba clara, prioridad máxima al objetivo número uno: perdurar. Ese punto era el más cristalino y con el que todos estaban de acuerdo.
La segunda ya creaba mayor controversia: la manera de conseguirlo.
Intentar especular con posibles consecuencias sería una manera de subestimar a la naturaleza, pero dejarlo todo en sus manos sin intentar hacer nada al respecto era jugársela demasiado. De ahí el constante dualismo en prácticamente todas las propuestas de los distintos proyectos. Los unos dispuestos a moldear nuevas bases, cambiar lo conocido ya que en realidad iba a cambiar realmente todo. Y por otro lado los que, de alguna manera, tenían una fe casi ciega en la naturaleza y sus recursos, en que sería ella la que se encargaría de hacernos perdurar de una manera u otra.
Aunque es cierto que existían milenios de legado suficientemente estudiados para crear pautas y patrones concretos de la sociedad humana, pues los ciclos de las civilizaciones han seguido a lo largo de toda la historia perfiles totalmente cíclicos, no se debía olvidar que esta vez sería algo totalmente distinto, no existían precedentes.
Se apostó por crear unos patrones sociales nuevos, intentando forzar un salto adelante en la escala evolutiva del hombre como ente social. Convertirlo de una vez por todas en un ser socialmente maduro alejado de los comportamientos hostiles, competitivos; en definitiva los comportamientos autodestructivos a los que los impulsos más básicos habían dotado al ser humano.
Para ello se requería de un nuevo modelo de civilización, establecer unas nuevas bases construidas desde la racionalidad y el compromiso incondicional del ser humano, hacerlo responsable y maduro desde un punto de vista emocional, social y tecnológico.
Para ello se construyeron distintos recintos en las zonas más despobladas del planeta a modo de laboratorios donde poder ejecutar distintos experimentos usando los más modernos avances en la tecnología de la conducta. En dichos recintos se experimentaron con infinidad de patrones educativos y sociales para poder diseñar los modelos a seguir en el seno de la sociedad Arcana.
El objetivo básico era obtener avances satisfactorios en lo referente a la ingeniería social. Dotar a los Arcanos de una mayor inteligencia emocional para conocer y gestionar de una manera más óptima los impulsos que pudieran llevar a los lógicos y previstos desacuerdos que surgirían a lo largo del trayecto; y dotarlos, también, de una madurez tecnológica haciéndolos más conscientes y responsables en el uso de esta y de la preservación del entorno donde se verían confinados.
Crear una conciencia social cohesionada, madura y responsable.
Surgió el problema ético de usar a los niños, expuestos a los distintos programas, como si fueran cobayas de laboratorio. No era fácil aceptar que para el bien de muchos unos cuantos se viesen restringidos de sus más esenciales derechos.
Los primeros internos de los recintos salieron de embriones escrupulosamente escogidos y tratados que fueron injertados en madres de alquiler, las cuales donaron a sus vástagos a cambio de importantes remuneraciones. Las generaciones siguientes fueron los descendientes de los propios internos, creando de esta manera una estirpe estadísticamente equilibrada y controlada.
Se debía intentar pensar en un campo mucho más amplio, de un modo más avanzado y luchar contra los distintos e innumerables prejuicios heredados a lo largo de la historia, para poder comprender de una manera más llana y sana, el propósito de toda una serie de hechos que bien podían parecer producto del más caníbal fascismo. Con la visión puesta en el objetivo final, una serie de factores quedaban rezagados a cuestiones secundarias. Debía encontrarse el equilibrio idóneo entre cabeza y corazón, mente y alma, la mezcla perfecta que hiciese avanzar al hombre un paso más en la escala evolutiva, el nuevo hombre, el Arcano.