-ODA A LA VIDA-
Muy atrás quedaron ya los gritos,
los llantos, la única esperanza.
Ya sólo nos queda en frente el abismo,
el silencio interminable que retumba y aterra;
y esa única esperanza... pues todavía hay vida.
Por primera vez, el hombre,
se adelantó a su destino
previsto e impuesto por su madre,
la más sabia, paciente y justa.
En un último aliento desesperado,
uniendo sus esfuerzos,
la raza humana tuvo el valor de trabajar como unidad
en un sólo fin, perdurar...
No hay tiempo para el miedo,
no hay lugar para el arrepentimiento,
sólo nos cabe la fuerza y esa propia fe,
pues son las armas que nos ayudarán a seguir viviendo
para poder despertar y seguir despertando día tras día.