Ignasi Bosch

Cuentos cortos inacabados

Sería absurdo pretender contar el signifi cado, o la intención, de estas pequeñas historias. Pero me gustaría hacer una pequeña reflexión y destacar lo enigmática, misteriosa y fantástica que es la mente, capaz de crear la imaginación. Aunque es obvio que estos pequeños relatos pueden llegar a ser de lo más comunes y nada brillantes, también es cierto que pasé ratos inolvidables y fantásticos divagando por mundos oníricos y poniéndome en papeles ajenos, jugando a “ser”, a esos “y si”, a crear situaciones, momentos, realidades irreales y controlando el fl ujo que iba surgiendo a medida que me sumergía en un laberinto de  posibilidades. Cuando la imaginación se abre paso y es capaz de proponerte situaciones, y adentrarte a través de ellas, llegan momentos en los que logras desconectar del mundo exterior y crear una conexión con tu interior muy pero que muy gratificante.
Ciertamente yo nunca fui un lector demasiado ejemplar, pero tengo que reconocer que estas historias me llevaron a avivar las ganas de leer y, a la vez, de admirar a la gente que es capaz de escribir palabras que llegan a uno, historias que enganchan de principio a fin, de mentes privilegiadas capaces de crear mundos tan creíbles como el que estamos viviendo en este momento tu y yo, o de romper con todo lo conocido y convencerte de que algo así podría llegar a suceder. Mentes capaces de crear algo que el tiempo no logra desbancar, de conseguir hacerte enganchar a una historia y lograr que contengas la respiración cuando sucede algo dramático, o hacer que se te escape una sonrisa o una carcajada cuando alguno de los personajes crea una situación cómica, o que sea inevitable contener la emoción y que alguna lágrima se acabe deslizando por tu mejilla, lo de las chisteras y los conejos son trucos, esto sí que es magia. Después de esto realmente admiro a la gente con dotes literarias, a ellos la humanidad les debe casi todo lo que es (prefiero pensar que es bueno).


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