Ignasi Bosch

La Revelación de Fausto

La vida nos pone a prueba constantemente, aunque de vez en cuando aparecen pruebas que podrían considerarse verdaderos exámenes de fin de curso.
Éste escrito pertenece a una de esas, donde la prueba más difícil era ponerse en la posición de cada uno de los implicados e intentar descifrar qué debía pasar por sus mentes durante los acontecimientos, procurar entender cada posición e intentar aprender de cada una de ellas. Utilicé, para la representación de los hechos, los personajes del libro de Goethe: “Fausto”.
Para una mejor comprensión ahí va un pequeño resumen del argumento y el papel de cada personaje de la historia original:
Fausto es un hombre ya mayor, cansado de la vida y dispuesto a suicidarse, se le presenta el diablo: Mefistófeles.
Lo tienta y lo corrompe para que acepte un pacto, él lo rejuvenecerá y le ayudará a triunfar en lo que se proponga a cambio de entregar su alma. Fausto acepta.
Fausto se enamora de Margarita, cuyo hermano, Valentín, se encuentra lejos, en la guerra. Margarita tiene un pretendiente, Siebel, el cual es abnegado y fiel.
El desenlace no es de mayor interés para entender el escrito, no voy a desvelar la trama ni el fi nal para aquellos dispuestos a leer la obra de Goethe.
El hecho de utilizar estos personajes es puramente simbólico pues en “La Revelación de Fausto” existen ciertos cambios, pero se conserva el rol básico de cada uno de ellos.
Mefi stófeles es básicamente la mentira, el engaño. En cierta medida las mentiras tientan, nos hacen sacar nuestra faz más maquiavélica para conseguir algún objetivo de dudosa manera, pues de lo contrario no sería necesario mentir.
Como he aclarado, el escrito no es más que una tentativa para intentar comprender lo que debió ser desde cada una de las posiciones e intentar sacar algo bueno de ellas, pues lo malo ya quemaba lo suficiente.


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