Inmerso en el pantano, que hace referencia el anterior escrito, la motivación pierde sus atributos y cualidades, pierde fuerza. La sensación podría ser algo parecido a lo que pasa con el peso y la gravedad. Para levantar un gran peso en una gravedad elevada se requiere un gran esfuerzo, pero para levantar lo mismo en la ingravidez tan sólo se necesita una pequeña fuerza.
A lo largo de la vida van apareciendo momentos en los que nos ponemos a prueba, momentos en el que la tensión, la presión y el estrés contribuyen a agrandar la gravedad (entendida en ambos sentidos) de la situación. El problema que se nos presente, la prueba a que nos sometamos pesará más o menos dependiendo de nuestra “gravedad” interna. Cuando el peso es excesivo para la gravedad acumulada es cuando una situación se hace sencillamente insoportable. Esa sensación de ahogo tan angustiante.
El escrito no se centra tanto en tal sensación sino más bien en la percepción al estar sumergido en la situación.
Lo más destacado es la inercia a separarse, a apartarse. Ves al resto como una amenaza, una serie de personajes sin razón ni corazón que sólo ejercen sus dotes de engaño, incluso entre ellos mismos, para fi nes poco claros.
Cuando la realidad te supera se convierte en demasiada.
¿Estás muy lejos de la ingravidez?