Conversación de un eclipse, de las dos caras de uno mismo, de la dualidad que todos albergamos. Por un lado la iniciativa, la actividad, nuestra cara más abierta y social con ganas de hacer, de ir, decir o decidir. Por otro lado la faceta más refl exiva, mística, profunda e individual, la parte que observa, analiza, contempla.
Dos mitades incapaces de entenderse entre ellas por sí mismas y que sin embargo nosotros somos los encargados de gestionar y dosificar. Tenemos que ir alternando su protagonismo para que ninguno de los dos acabe por imponerse. Ambos extremos tienden a ser problemáticos.
Especula un poco y adivinarás qué habita en ambos lados.
¿En tu mundo es más de día o de noche?