Ignasi Bosch

La Culpa

¿Qué es la culpa sino un lastre que se lanzan los unos a los otros?

Los hay que incluso parece que les guste cargar con cualquier piedra con la que tropiezan para, de alguna manera, guardar la prueba y poder declarar el porqué de su tropiezo, coleccionar las estampas, conservar el recuerdo de ese moratón. Incluso hacen suyas piedras del todo ajenas, al final por puro hábito.

Los que se las lanzan las usan como arma arrojadiza para debilitar o hundir al oponente, o para distraer con la intención de evitar ser culpado.

Usar el artefacto de la acusación otorga poder.

La culpa no es para nada útil, no soluciona problemas ni repara daños. Es mas bien una amonestación moral que se encarga, en cierta medida, de apaciguar al resto. Un problema es una piedra y una piedra es molesta, de forma que alguien debe cargar con ella.

La palabra “culpable” dicha por terceros y referida a uno, es un virus utilizado en la historia por religiones y legislaciones para administrar la libertad de todos, virus que hay que evitar a toda costa, con lo cual no queda más remedio que seguir lo pautado.

Apuntar con el dedo índice es imputar. La culpa en su mayoría de las veces es un movimiento de varios hacia uno. Todos apuntan con sus dedos a uno, colgándole el cartel de malhechor y repudiándolo del grupo.

Sentirse culpable es caer en una fosa de aislamiento, es sentirte solo, abandonado.

El supuesto antídoto es el arrepentimiento aunque el verdadero es el perdón. Sobretodo de uno mismo pues la peor culpa es la propia, no la que te puedan intentar delegar. El único y verdadero juez está dentro de nosotros. Aunque se pudiese estar condenado a muerte si uno no se sintiese culpable o se hubiera perdonado incluso podría morir en paz, recordemos al gran Sócrates por ejemplo, o al mismísimo Jesucristo. Por lo contrario vivir inmerso en un sentimiento de culpa es una condena en la que se sufre todos y cada uno de los días.

Es la manera más acusadora de referirse a la responsabilidad.

Y en su máximo exponente, de una responsabilidad no aceptada. Cuando se acepta la responsabilidad y se aceptan las consecuencias es como si la culpa amainase o desapareciera. Cuando desaparece ya no hay culpa hay causa, que es menos vil, más madura y pesa menos

El movimiento de la causa suele ser de uno hacia el resto. Uno intenta contagiar y expandir su idea al resto.

Lo que causa culpa es la causa de la culpa.

La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.

Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.

¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, para arrojar en el vacío toda soberbia y traición.

Las injurias son las razones de los que tienen culpa.

Hay un remedio para las culpas, reconocerlas.

No hay delito sin culpa.

La culpa nunca cae en el suelo.

Culpa, para que exista debe haber una condena, por lo tanto una ley quebrantada. Un animal se puede llegar a sentir castigado por algo que ha hecho sabiendo que estaba mal, pero no creo que se llegue a sentir culpable.

Culpabilidad y condena seguramente vayan de la mano pero no tan claro la culpa y el castigo


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