Ignasi Bosch

Particulas

Desde prácticamente cualquier partícula podemos crear engranages hasta conseguir estructuras más complejas, a su vez combinar dichas estructuras para conseguir más complegidad y repetir el proceso hasta colapsar lo conocido.

O bien se puede realizar el mismo proceso pero a la inversa, empezar de un todo e ir desmenuzando las partes para conseguir los elementos que las componen.

Busquemos un punto medio para no perdernos en lo desconocido, situemos por ejemplo el hombre. ¿Qué mueve al hombre?

Ya hemos descrito que dentro de la complejidad del comportamiento humano se entremezclan un sinfín de procesos, muchos de los cuales aún a día de hoy no quedan totalmente claros. Intenemos llevarlo y analizarlo en términos cotidianos pues.

¿Qué mueve al hombre?

Seguramente al hombre totalmente despojado lo mueva únicamente los instintos de supervivéncia. Conseguir alimento y un lugar de reposo. Esta primera fase del sistema operativo se puede completar/satisfacer de manera básicamente individual. Cierto és que el alimento debe provenir de una fuente externa, ya sea de origen animal o vegetal.

En una segunda fase nos podríamos encontrar con el requerimiento indispensable de otra persona. El instinto de reproducción requiere un segundo elemento para culminar su cometido.

La tercera fase seguramente sería algo más ámplia, haría referéncia a un cierto grado de organización entre más individuos.

Una vez saciados los requisitos de las dos primeras fases el siguiente podría ser perfectamente influir en el grupo, para de esa manera conseguir los intereses propios que uno por sí mismo no llegaría a conseguir sin la colaboración del grupo.

Esa influencia otorgaría cierto poder. El poder otorga control.

Algunos estudios revelan que ya desde muy pequeños, incluso antes de poder razonar de manera compleja, al niño le gusta interactuar con el entorno, de alguna manera ejercer algún tipo de control para modificar el entorno a su voluntad. Si al pulsar un botón enciende una luz, ese botón despierta mucho más interés para el niño que si la luz se enciende aleatóriamente independientemente de si pulsa el botón. Ese afán por interactuar con el entorno ya viene en lo más profundo de nosotros.

Pues incluso en los animales existen estructuras gerárquicas, subir a lo más alto de la gerarquía garantiza de alguna manera conseguir esas tres fases. Y bien deben ser de peso pues practicamente siempre conseguir llegar a lo más alto conlleva un sinfín de riesgos y peleas.


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