Desde hace décadas los científicos han intentado exprimir las posibilidades de la razón e imaginación humanas para poder conseguir una única fórmula que explique y demuestre todo lo que nos rodea. Unir en una única fórmula matemática la relatividad general con la mecánica cuántica. Conseguir que encaje en una sola línea lo inmenso con lo minúsculo. Sin saber apenas nada del tema, simplemente me tiene asombrado que una cosa así sea tan complicada cuando, desde la lejanía, aparenta ser tan sencillo como encontrar las pautas que rigen a unos (probablemente a los más pequeños) y extrapolarlo. Teniendo en cuenta que todo es materia y energía, a priori bastaría con estudiar las unidades más pequeñas y someter los resultados obtenidos a una sencilla regla de tres. Pues resulta que no. No sólo eso sino que no tiene en absoluto nada que ver. A modo de parábola vendría a ser como ver a un sólo hombre, con sus dilemas, sus contradicciones, sus dudas, sus reflexiones, su experiencia y demás y extrapolar sus reacciones a una masa de gente. No encaja. El contexto es distinto, un hombre solo es un ser mucho más complejo que cuando reacciona como grupo, a mayor número de individuos, mayor es la diferencia en la reacción. Y a pesar de ser el mismo individuo con sus características, como bloque es tan sólo una pequeña tendencia más entre el resto.
Y teniendo en cuenta que entre lo cuántico y lo cósmico la cantidad de “individuos” que interactúan es abismal, cuesta menos entender que sea tan complejo. Sería como intentar hacer un perfil psicológico de un hombre e intentarlo asemejar al de una multitud de hinchas en un estadio deportivo, cuesta de imaginar.
No sé si se ajustará mucho a la realidad, seguramente alguien puesto en la materia tendría mucho que debatir al respecto, pero es la manera que más logro entenderlo.