Ignasi Bosch

Bipolar I

Enero 11, 2007


¿Cómo puede un sólo día albergar tanto en su interior, dar tanto de sí, pasar por los extremismos más intensos.  Fraccionados en periodos de tiempo escalofriantemente cortos?
Ya sé tooodo el cuento ese de la autosugestión, pero es que ni me da tiempo a plantearlo!! Cuando pienso en ello es en una de las fracciones donde no hace falta tal, cuando aparece el polo opuesto es en lo último que se te pasa por la cabeza, sólo intentas dar una bocanada de aire y retenerlo como puedas hasta poder dar otra.
Y sieeempre el puntito rebelde que se planta ante todo, ¿autosugestión? ¿Por qué tengo que repetirme 100 veces al día que los guisantes son buenos si es lo último que me apetece?”.
Y si lo que quiera sugestionarme es como apostar a un número de la ruleta. Porque sin quererlo también podemos sugestionarnos algo que nos pueda hacer más mal que bien.
Si el modificarnos el cuerpo es reprobable ¿no lo sería también el querer modificarnos la mente?

Piensa en una charca donde cae una piedra, el agua de tooodo el charco se verá alterada por dicho golpe. Las ondas creadas harán subir, bajar… en periodos cortitos de tiempo donde cada vez serán más largas a la vez que menos pronunciadas.
Una manera podría ser mantener una dirección, conservar un testigo, una visión más global nos situará mejor siempre. Los guisantes pueden esperar, no hay problema en ello. No existe un único número ganador, es sólo intentar subir un peldaño, y luego otro, a tu ritmo, a tu paso. Para cuando lo necesites, descansa y relájate cuando lo creas oportuno, las escaleras no desaparecerán.

Vaya cantidad de chorradas…


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Diseño y maquetación: Mariona Maresma

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