Ese curioso lenguaje universal que casi todo lo cuenta, tanta riqueza, tanto matiz.
Ese silencio que otorga, ese silencio que hiere, ese silencio que insulta, ese silencio que confunde, que entristece o gratifica. Tan fácil es malinterpretarlo pues tiene más significados que cualquier palabra o sonido.
Es pausa, es descanso, es tenso y es engaño. Traición y halago, reconocimiento e incomprensión, respeto y humillación. En sus rincones se aposenta la sabiduría del que sabe callar y la ignorancia del que no sabe.
Tantas posibilidades para lo que en realidad es una ausencia. Tantas caras distintas para lo que es en realidad la nada... o el todo.
En ocasiones daría la vida por conseguirlo y retenerlo.
En otras, en cambio, la daría por verlo hecho añicos. Cuando se espera lo más profundo... indeseado, cuando se teme la banalidad... anhelado. Aunque siempre de una forma u otra presente.Ya que es necesitado.
Abarca mucho más que el que propiamente aprecia el oído. Es actitud, es movimiento, es quietud, es aprendizaje.
Aunque casi siempre incomprensible, no existe una razón convincente para explicar su existencia. Aparece y desaparece. Vergüenza, precaución, miedo, intolerancia, escasez, diferencia, desinterés, carencia, prudencia, espera, responsabilidad, tabú, preocupación... infinidad... todos, alguno, ninguno... una vez más asoma la trilogía de la posibilidad.
Inmenso.. infinito... me atrevería a decir que es lo que más abunda en el universo. Nos rodea aunque ciegos lo confundimos y sordos lo ignoramos. Ansiado pero temido. Ese silencio que se hace eterno, ese silencio que retumba y aterra, silencio interminable... imprescindible.
Cuando el tiempo parece detenerse... ahí esta...
Silencio, sabio silencio...
cuando ocultas la duda y no respondes
Silencio, ingrato silencio...
cuando dentro del misterio te escondes
Silencio, traidor silencio...
cuando en tu interior escondes el engaño.
Silencio, generoso silencio...
cuando te guardas las palabras que hacen más daño
Silencio, suave silencio...
cuando llegas acompañado de un fuerte abrazo
Silencio, desesperante...
cuando tu voz es la única que me responde