Ignasi Bosch

Revolviéndose en la odisea

Prólogo - “Hágase la luz”
-Se ha hablado muchísimo, aunque pocas cosas claras se han sacado al hacerlo, sobre el “proceso de creación” (qué palabras más fuertes!)... y me refiero a la creación “artística”... (también palabra fuerte)...
No era mi intención adentrarme demasiado en las profundidades de los términos, los conceptos, las ideas... pero creo que es casi inevitable. Y más teniendo en cuenta lo que a mí me gusta recrearme en las palabras...

No creo que el proceso (de la “creación”... uf) sea tal. Eso es algo que requiere un don, un bagaje y tooooda una evolución. Es casi como referirse a crear un lenguaje... ¿quién ha creado y quién crea un lenguaje? A lo sumo lo que se consigue (y eso ya es todo un logro) es definir una manera de hacer pero no de construir algo de 0. Se adopta lo ya existente para formar estructuras, conceptos, definiciones, ideas etc. Transformación, reorganización...
Eso es al menos a lo que aspiramos la mayoría de mortales metidos en esto. A lo largo de la historia han habido quienes lograron la cima más alta, crear bases sobre las cuales el resto podamos alimentarnos... pero creo que esos eran seres de otra galaxia ;-)

-Hay varias fases, varios estados desde que aparece un pequeño destello en algún lugar desconocido de uno mismo hasta que se convierte en algo con luz propia.
Casi todo lo que hay que hacer al comienzo es escuchar y ordenar. Filtrar de entre el torbellino de ruidos, de interferencias, de prejuicios y vicios que todos albergamos para encontrar la esencia de lo que pugna por nacer. Eso en el caso que haya algo por nacer, claro está. En caso contrario también es usual dejarse llevar en un acto casi puramente físico donde nos vemos guiados por la intuición o el azar por ese laberinto de sonidos. Incluso así de una manera fortuita, sin saber exactamente porque, nacen destellos esperando ser avivados y si son sinceros todos ellos estarán impregnados del color del momento. Casi más de esta forma que si lleva tiempo divagando por los senderos de la razón, que para los colores es un poco traicionera ya que los tiende a nublar.

En todo caso la primera misión es escuchar o intuir ese destello y ordenar la información... pues intervienen tantos factores en ello que no dan tiempo a ser ordenados al momento... pero que de alguna manera y en su preciso lugar, sabemos que tienen sentido. (por “sentido” me refiero a que lo tengan en nuestra cabeza, con eso basta)

-El principal problema es no perder el hilo ni la serenidad en cada una de las fases... cosa tremendamente difícil...

A veces tienes 4 “destellos” ahí... pero no consigues sujetarlos con suficiente fuerza y se escapan. O no consigues encontrarles un camino. O simplemente ese día no era el día y no aparecieron y es cuando el “oficio” debe sustituir al talento en un afán de empeño, pero claro... como dijo alguien especial “La casualidad está llena de encanto, la necesidad no..”.
Algunas veces también se ha de saber abdicar y dejar que llegue el nuevo día. En caso que sea de urgente necesidad, echar mano de lo que se tenga al alcance y usar todo el bagaje acumulado... esto también es un buen reto... crear destellos de la nada.

-Lo próximo es casi, a mi parecer, lo más determinante, importante se trataría de hacer de esas ideas (ordenadas) una línea continua. De esos destellos hacer una continuidad de luz. Rellenar huecos, solucionar pasos... definir un paso más la intención de lo conseguido... y sobretodo escuchar., para perder lo menos posible esa gama vislumbrada en el momento “m”.
Es ahí donde los papeles se intercambian y la “inspiración” del momento deja paso a la “espiración” de la aplicación. Avivar el destello momentáneo para crear una luz capaz de ser casi un ente propio.

-Cada día surgen destellos, en muchos momentos del día. Pero no siempre llegan en el mejor momento para poder plasmarlos. Y es cuando intentas guardarlos en algún rinconcito a la espera de poder hacerlo. Muchos se pierden por el camino o simplemente quedan a la deriva para, quizá, encontrarlos en otro momento.

Pero claro, estos van estrechamente ligados al estado, los pensamientos, sentimientos, experiencias. Y como cada día es una distinta aventura es tremendamente difícil encaminar una única dirección. Un día son destellos que invocan colores, en otras ocasiones complejas historias, otras  sencillas pinceladas, sabores... etc. etc. cada uno de ellos capaces de llegar a ser algo, qué difícil es concretar y seguir un único criterio. Creo que eso es lo realmente complejo. Un tormento!!

-Vale de acuerdo, he conseguido atrapar y retener un destello... es entonces cuando surgen toooda una serie de pequeños fantasmas que nublan la mágica sinceridad. Hay que decir que en ocasiones no es así y todo fluye de una manera especial. Todo se va construyendo casi solo, encajando, funcionando... oh que sensación... Desgraciadamente, al menos en mi caso, no es la mayoría de las veces. Y aparecen dudas. Dudas sobre si esto es realmente lo que iba a ser, si tiene realmente luz, si cuenta algo interesante, si es suficientemente bueno, si sobra, si falta...
Si fuese “sólo” eso no sería sencillo pero si que tendría alguna manera eficaz para combatirlo. Pero a eso sumémosle el agravante de que cada día es distinto. Y lo que hoy nos puede encandilar mañana puede ser que nos aburra. Si plasmamos un destello hoy, lo empezamos a desarrollar mañana y lo terminamos la semana que viene cabe la posibilidad que ya no nos diga nada... eso es lo terrible. Y es cuando aparece un mecanismo de defensa que te hace reflexionar... “al fin y al cabo la música es efímera”. Tampoco me atrevería a afirmar algo tan tajante... digamos pues que puede serlo. La música puede contar la eternidad pero también un instante. Bien contado ¿qué instante no es válido? Y es cuando aparece el siguiente dilema... ¿Qué es lo que cuenta: el “Qué” o el “Cómo”?... ¿el fondo o la forma? Supongo que ambas son de importancia, pero una es más “moldeable” que la otra. En el fondo es más importante el concepto, la creatividad, originalidad. En la forma quizá el saber hacer, la artesanía, la paciencia, la labor. En ambas el talento y la persistencia juegan un papel decisivo... así que tiempo... para adquirir talento (si es que eso es posible) y para no desistir, imprescindible. Cuando ambos, fondo y forma, van unidos sin duda es cuando la luz cobra vida. Aunque en muchas ocasiones ya firmaría que tan sólo tuviese luz... por tenue que esta fuera... no perdamos nunca la ambición ¿vale?

Capítulo 1: “En las tinieblas”
Cuando la motivación no acompaña, apaga y vámonos. Sólo se me ocurre esconderme en un rinconcito y esperar asustadizo hasta que amaine la tormenta... Pues vaya un comienzo.

Capítulo 2: “Amaneceres”
Tarde o temprano la oscuridad tiene un pequeño olvido y deja alguna ventana abierta a la esperanza, que nace en forma de un pequeño destello. En este caso no un destello “encarnado” en sonido, ni en color, ni en palabra... pura y simplemente en idea. Que nutre posibilidades, opciones... tan añoradas. La faena ahora es poner orden, selección... etc. Pero ya es mucho, bienvenida ya te echaba de menos...

Proyecto 1: “Entrañas”
Uno de los retos al plasmar es poder llegar a transmitir veracidad. Y de alguna mágica manera eso sucede cuando sale de “dentro”. Cuando te lo crees. Intentar poder apartar prejuicios para llegar a la raíz. Es como algo contagioso, si tú te lo crees... entonces es creíble.

Capítulo 3: “La Batalla contra Cronos”
Esto es una Odisea... ¿qué clase de odisea sería si todo fuese fácil? Y tampoco es que me dedique a recalcar sólo los problemas o a buscar motivos, excusas, para justificar lo “no-hecho”. Aunque confieso que más de una vez lo habré hecho... ¿y quién no? Pero sí que es cierto que una de las mayores batallas que se vive cada uno de los días es la del tiempo. Porque no basta con tener 30 minutos y aprovecharlos, estamos hablando de algo un poco más complejo. Y cada día mil demonios intentan rodearte con sus sogas para ahogarte y retenerte para que te alcance la marea. Las fuerzas vienen y van... pero hoy los demonios no lo conseguirán.

Capítulo 4: “Combatiendo el Caos “
Poner orden no siempre es fácil y en según qué situaciones menos todavía. Imagínate por un momento que te encuentras en una nave espacial, ingrávido. Y te dispones a armar un puzzle. Y ya no sólo con la dificultad que eso supone imagina que toooodas las piezas están esparcidas a tu alrededor... desesperante. Y no sólo con eso resulta que esparcidas por toda la nave, flotando cada una en una dirección, no sólo están las piezas del puzzle en cuestión sino las de 10 puzzles más. No cabe decir que no se trata de uno de esos puzzles de poquitas piezas... arrollador. El desorden mental produce tal sensación de impotencia que lo bloquea todo. Dan ganas de abandonar la nave y aventurarse por el vasto espacio.

Capítulo 5: “El regreso de Perséfone “
Como cada año Perséfone abandona las entrañas de las sombras para dirigirse a su hogar natal. Atormentando a su paso a quienes por desgracia consiguen palpar tal evento. Será que deja tras ella una estela del abrupto aliento del que lleva respirando tantos meses. Y de la misma forma que consigue pintar tonos vivos y alimentar la exuberancia también consigue calcinar el equilibrio desorbitando la difícil balanza.

Reto 1: “El Espejo” parte I
Tarde o temprano iba a llegar uno de ellos. Éste es en forma de espejo, donde se trata de sentarse justo enfrente, mirarse a los ojos y dejarse llevar hasta la cueva de los cuervos. Con confianza y seguridad pero sobretodo sinceridad. Eso es lo único que te puede dejar con la cabeza alta frente a las bocas hambrientas de tal carnicería. Como reto que es, la cuenta atrás está avanzada y como reto que es, llega en el “mejor”  momento, cuando todo se tambalea. Y no estoy muy seguro que pueda salirme con la mía aunque eso ahora mismo poco importa. Como siempre hay poco a perder y mucho a ganar... o quizá no tanto... pero voy a intentarlo... Con intentarlo a veces no basta porque ¿cuándo se ha intentado lo suficiente? Nos refugiamos detrás de tantas cosas. Y el espejo sólo cumple su función aunque no siempre sea de nuestro agrado lo que podamos encontrar en él. Aunque en muchas ocasiones de las derrotas se aprende más que de las victorias. Que no sirva de excusa, sólo de lo que es y de lo que trata la vida... experiencias... seguro que vendrán más. No decaigas.

Reto 2: “El Farero” parte I
Oficio solitario que consiste en proporcionar luz a los navegantes aventurados para guiarles por las desconocidas aguas y puedan llegar a buen puerto. No bastaba con uno a la vez, tenían que ser dos retos que se presentasen a la vez. Típico de los retos... conspirando. Otra tarea, otro esfuerzo, otra faceta. Otro idioma, otra textura, otro color. Inabastable siempre parece ser.. Pero de alguna manera, no se como... lo conseguiré.

Ha pasado algún tiempo ya y el barco llegó a buen puerto. A las espaldas queda todo lo vivido que como de costumbre no es poco. Momentos, situaciones, sensaciones. De esta aventura me queda la “fórmula”, el orden de la creación, el abrirme, el exprimir, el escuchar. La grata y amable presencia de la confianza, son ya muchos años compartidos. Qué bien se trabaja en un ambiente relajado y positivo, ese mismo ambiente invita, sugiere. Quizá el único temor... no defraudar. En ocasiones se nota el peso de la responsabilidad, ese aliento en la oreja que te llega en forma de miradas silenciosas. Espero que su confianza no haya sido en vano... Y por fin llegamos a puerto y habiendo compartido el mismo barco, hasta la próxima.

Capítulo 6: “Renaceres”
Creo que en una sola vida renacemos incontables veces. Cada punto de inflexión nos brinda un nuevo mundo. Como las serpientes que se despojan de la piel que las acompañó durante toooda una etapa nosotros también tenemos nuestros métodos. La inflexión que nos invita a detenernos por un instante,  levantar la cabeza y proseguir con un nuevo camino. La vida es ilimitada por ello. Nuevas inquietudes, nuevos colores que despiertan nuestro interés. No se cuando será mi próximo renacer pero hasta entonces trataré de exprimir lo que soy ahora.

Proyecto 2: “El Espejo” parte II
El espejo siempre permanece. Va mostrando distintas caras. Esta vez tienta con el profundo deseo. Deseo aletargado que aviva. “El mundo clave de la diversión”, algo ha hecho revivir la chispa... intentaremos reanimar el fuego. Trabajaremos en ello... este año tiene que ser el año. Quiero estar preparado para esto... quiero estarlo.

Proyecto 3: “Raíces”
A veces para encontrar las raíces hay que escarbar, buscar mucho. Algún día tocará hacerlo aunque no tengo muy claro que es exactamente lo que encontraría. Lo que está claro es que las raíces, aunque sean ajenas, siempre, siempre enriquecen. Pues a eso estamos. En algún rincón debe quedar algún vestigio... interesante búsqueda, apasionante viaje. Y suerte que me acompañan buenos conocedores del camino, fantástico, espero estar a la altura.

Capítulo 7: “Las lágrimas de Deméter”
El ciclo más inevitable de todos los ciclos. Perséfone abandona el calor de los queridos para adentrarse de nuevo en las entrañas de la oscuridad. Provocando las lágrimas de su madre... lágrimas negras que ahogan. Todo se apaga, todo cae. Y el vacío de la ausencia se lo traga todo.

Capítulo 8: “El arrebato de Flora”
Llegas tarde mi vieja amiga, pero no por eso eres inoportuna pues te estaba esperando. Me arrebatas el sueño y sólo tú sabes dónde lo guardas. Me dejas la intermitencia que desespera, ¿cómo puedo despistarte? Sé que es sólo un capricho, que en breve seguirás tu camino dejando mis noches mías, pero no por esa razón dejas de alterarme... esperaré.

Reto 3: “El Farero” parte II
De nuevo confinado, perdido en el laberíntico paraje. Buscando, alumbrando, intentando construir destellos que  convenzan. Acto de fe, procurando creer. El fantasma de la responsabilidad acosa, sin embargo gracias por contarme. Juntos lo lograremos.

Apocalipsis 1:
Se encoge el tejido temporal, asfixia el aire y un poder aislante se apodera del paisaje. Un viejo conocido interrumpe la escena. No es sólo un reto, pero al igual que ellos acabará por dejar pasar a un renacimiento listo para volver a caer. Y de esta forma crecer, como si el ave Fénix renaciera cada vez mayor y más fuerte. Aunque todo a su tiempo, ahora toca refugiarse y preparase, pero nunca huir.

Capítulo 9: “Las Nieblas de Avalon”
La niebla que todo lo cubre, húmeda y fría como el suspiro de la angustia. Arranca los colores e invade todo lo que toca... y no deja de ser agua. Agua que alimenta, alimenta la nostalgia, melancolía, tristeza. Esperanzas no aletarguéis demasiado pues os necesito cerca, aquí a mi lado convenciéndome.


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Diseño y maquetación: Mariona Maresma

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