Ignasi Bosch

Plasmar

No se si estoy aquí para hacer lo que hago o si simplemente lo hago porque estoy aquí. La verdad es que no se ni lo que hago. No se si busco, si encuentro, si intento, si logro, si creo, si pierdo, si observo, si recreo, si me consumo, si miro o si admiro; si tan sólo pienso y si lo hago, en una cosa o en otra.
El poder me consume (entiéndase “poder” por el verbo) deseo tantas cosas que pierdo, pierdo el rumbo, no consigo atrapar, capturar, retener con suficiente precisión la avalancha de ambición que surge a cada instante a cada momento. Todo sugiere tanto que precisaría una eternidad para describir con suficiente exactitud cada momento. Cuesta asimilar tanta variedad y perfección de todo lo que rodea. Las formas, los contenidos, los pensamientos, las ideas, los medios, la complejidad, la sencillez, la luz, la oscuridad, lo activo, lo reflexivo, los contrastes...
¿Por qué siempre aparecen preguntas sin fácil solución, si es que la hay? Cachitos que describen segundos ¿serán los segundos suficientemente interesantes? ¿como atrapar sentimientos, sensaciones, motivos etc. sin tiempo? realidad atemporal, esa es la meta, pero incierto el camino. La realidad es toda ¿cuál interesa en especial? E ahí la carencia de convicciones claras y evidentes. El ahora mismo parece realmente interesante, pues es el ahora, lo que se siente y se piensa ahora mismo es la realidad. Y con esto sólo intento dibujar con el máximo detalle posible el instante. Pero como ya ha pasado otras veces muy posiblemente mañana cuando me levante o de aquí unas semanas estas líneas no tendrán mayor importancia. Algunas veces sólo me atrae la forma no el contenido, el contenido lo entiendo ahora mismo y como ahora mismo no lo volveré a entender nunca más pues el ahora sólo lo vivo ahora., mañana sólo recordaré la sensación sin vivirla tal y como ahora. Entonces es sólo la forma la que me llama la atención en un sentido totalmente distinto, la métrica, el vocabulario la metáfora adquieren entonces un protagonismo que ahora mismo no tienen. Ahora son un simple medio para llegar al fin, luego se convierten en los protagonistas que atraen la atención desviando el objetivo principal ¿cómo hacer que no se pierda el sentido? creo que esa es una de las claves. Esa química que ocurre sin posible fórmula permanente e implacable.

Lo que nos lleva una vez más a la teoría diferencial, aunque sigo queriendo creer en la de la igualdad quizá por convicción, quizá por no estar en el lado de los agraciados. Sigo intentando creer en el dicho de “quien la persigue la consigue” e intentando hacer la vista gorda y acudiendo al azar o a la falsa superstición de la suerte para cegar mis ojos ante evidencias de quien lo consigue en teoría en la desventaja de menor posibilidad.
Todo esto es lo que tengo ahora mismo en la cabeza pero podría estar divagando y divagando hasta tarde, noche, mañana, tarde... desarrollando, encontrando alguna explicación pero sobretodo preguntas y más preguntas como todas sin respuesta. Entonces ¿cuándo van a estar terminadas estas palabras? sólo sirven para plantearte más preguntas sin llegar a una sola solución. Cuando crees llegar a una posible solución aparece un nuevo punto de vista y ZAS! unas preguntas nuevas aparecen de unas posibilidades que no habías previsto, un eterno laberinto.
O sea que es totalmente imposible acabar una obra, entiéndase obra como una representación de algo. Pero claro, para hacerla primero tienes que proyectarla en la cabeza, es como el típico cuadro de un paisaje... seguramente te pase por la cabeza el típico cuadro de un prado verde con un horizonte llano con un cielo azul cubierto por unas suaves nubes de algodón... incluso ese que debe ser el cuadro más odiado por la mayoría de los pintores de talento tiene su proyección. No te has preguntado, por ejemplo, si te encontraras en el papel de pintor ¿qué prado elegirías? una vez encontrado ¿qué ángulo? ¿por qué esa cara de horizonte y no esa otra?¿ a qué hora ? ¿una salida de sol? ¿una puesta? ¿sin sol? ¿con luna? quizá si te esperaras un poquito esas nubes se transforman en algo mucho mejor, quizá mañana el día sea más bello... etc.
Las indecisiones afloran, la opción más sensata es plantar el caballete e intentar hacer tu trabajo lo mejor posible y en el caso que esa sea la finalidad, intentar plasmar lo más fielmente posible lo que tus ojos ven. Pero claro el pintar un cuadro no es como sacar una foto, es un trabajo que requiere su tiempo y ese tiempo es también reflexión. No estarás malgastando todo ese tiempo para al final dejar el cuadro inacabado en el rincón de un garaje, o sea que los parámetros antes discutidos son de mayor importancia de la que en un primer momento se podía suponer. Un cuadro es para admirarlo una y otra vez, no sólo para colgarlo en la pared de algún aburrido comedor para llenar los vacíos, que aunque haya cientos de cuadros de esos la principal finalidad de cualquier pintura por modesta que esta sea es la de ser vista , mirada y admirada, o sea que escoger bien el lugar y el momento es de suma importancia y eso tratándose de plasmar la realidad objetiva que es la que precisamente requiere de menor imaginación. Las cosas se complican de una manera casi escandalosa cuando se refiere a plasmar la irrealidad o la conceptualidad.
La realidad es impresionantemente rica y variada pero es limitada, la irrealidad es precisamente lo contrario. Ya no es sólo cuestión de escoger el lugar y el momento, es mucho más. Es escoger el qué, el cómo, el porqué, el para qué... un sinfín de cosas que desbordan y enloquecen. Imagínate el tener que plasmar la ansiedad por ejemplo ¿cómo plasmar eso? es algo sin forma pero es una idea clara. Cada uno tiene su propio concepto de ansiedad aunque la sensación en todos es parecida y no es precisamente un prado verde con un cielo azul. Por ejemplo, imagina un color para la ansiedad, una palabra, y algún sonido. A mi la ansiedad me sugiere algo oscuro, un negro o para ser un poco más sutil algo oscuro, no se, un rojo muy oscuro, violeta fuerte... o bien una basta y abundante mezcla de todos ellos. Una palabra, a parte de la propia ansiedad está claro, pues algo como caos, acorralamiento, atrapado y un sonido, pues desde luego algo disonante, aterrador... muy posiblemente habrás pensado algo distinto, aunque el concepto seguramente se parezca.
Volviendo al tema ¿Cuándo sabré yo que estarán todas la palabras? sigo creyendo que siempre faltará alguna y ¿qué problema hay en dibujar sólo gestos? sin pensar en nada, sólo dejar al cuerpo que se exprese sin intención comunicativa alguna. Plasmar un simple gesto ¿que diferencia al arte? la curiosidad ha podido más que yo y resultado de mi sabida ignorancia he acudido al diccionario y me ha sorprendido mucho, dícese del arte: “procedimiento para hacer algo...”, “que cuando tiene por objeto principal la belleza se llaman bellas artes... como la música, la pintura etc...” no creo que el arte (entendido en ese aspecto) tenga que ver en absoluto con algo bello o no bello.
Hay cosas que no son bellas y las sigo considerando arte. Yo creo que es algo más bien comunicativo, el arte comunica pero no es “sólo” comunicación, interviene el lenguaje usado. El contenido es independiente, más que el “qué” que todo sea dicho también es muy importante sería más bien el “cómo”. Otra definición que me ha sorprendido pero esta vez para bien, más bien me ha cautivado diría yo es la definición de “Bello”- “que posee cualidades cuya manifestación sensible nos produce un deleite espiritual desinteresado” o sea que en cierta manera la belleza también es una forma de arte pero no el arte en sí, ¿no es hermoso? deleite espiritual desinteresado, esto es muy elevado. No creo que con sólo la palabra “bello” describamos esa sensación. Quizá es una palabra que se ha ido degradando con el tiempo, tendrían que inventar una palabra más pura que se acercara más y significara de verdad esa descripción. En fin... todo esto requeriría todo un relato a parte, eso demuestra por enésima vez lo que llevo diciendo repetida y casi ya aburridamente desde los tiempos de los tiempos, todo nos lleva a lo siguiente: nada es del todo concluyente ¿cuándo saber finalizar? ¿cómo saberlo?
La mayoría de las veces el propósito de un “hecho” es tan sólo intentar llegar un sólo paso más allá de lo que en un principio se estaba, quizá sea esa la verdadera función de todo esto. Simplemente presentar temas y dejar que cada uno llegue a sus propias respuestas de esa forma nada se termina por completo nunca y así entre todos se pueda llegar a reflexiones superiores y a conclusiones más convincentes y maduras, o más que conclusiones a preguntas más convincentes.
Ahora sólo falta encontrar algo que interese o atraiga ¿algo común o distinto? es aquí cuando entra el antes  mencionado criterio ¿quién es lo bastante sabio para decidir lo que es realmente interesante o serio o importante? hay demasiadas cosas banales para perderse entre ellas pero también existen innumerables cosas interesantes, serias o importantes.
Prácticamente cualquier tema puede llegar a ser apasionante, es sólo enfocarlo desde el ángulo correcto. Tan interesante es lo más pequeño como lo más grande, lo relacionado con la ciencia o con la historia, las matemáticas pueden ser eternamente mágicas, cautivadoras de enigmas presentados por algo superior. Los números irracionales, las constantes del universo, la eterna búsqueda de la fórmula global, algo casi inexplicable que nuestros cerebros no llegan ni a rozar una posible solución. Pero igual de mágico puede llegar a ser las costumbres, mitos y leyendas de los antiguos egipcios, griegos etc. Su manera de pensar, de sentir, la constante evolución humana. Las personas en sí también son del todo apasionantes, tan fabuloso e inquietante es leer sobre la “psique” humana, la manera de razonar, la lógica, las preguntas más bulliciosas, ingeniosas o las historias surgidas de imaginaciones privilegiadas. Como lo pueda ser el más sencillo poema que cuente de una manera simple, directa y más sincera posible los sentimientos más básicos de algún ser sensible. De veras que es para enloquecer. Cada día brinda nuevos retos, nuevas preguntas, nuevas motivaciones. Y eso hace que no se pueda desarrollar cualquier tema lo suficientemente bien sin dejar de lado otros igual o más interesantes y eso desespera, falta un criterio claro, que como todo lo otro el actual varía y cambia con el día a día.
Y puestos a ir terminando una pregunta más: ¿por dónde empezamos?


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Diseño y maquetación: Mariona Maresma

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