Ignasi Bosch

Proyecto Nuevo Génesis

Primera parte -EL ARCA-
“Llega la profecía...”

“La Misión”
Muy atrás quedaron ya los gritos, los llantos, la única esperanza. Ya sólo nos queda el silencio interminable que retumba y aterra; y esa única esperanza...
pues todavía hay vida...
Por primera vez el hombre se adelantó a su destino previsto e impuesto por la madre, más sabia, paciente y justa que pueda existir... la naturaleza...
En un último aliento desesperado y uniendo sus esfuerzos, por fin la raza humana tuvo el valor y la sensatez de trabajar como unidad en un sólo fin, perdurar...
No hay tiempo para el miedo, no hay lugar para el arrepentimiento, sólo nos cabe la fuerza y esa fe en nosotros mismos, pues son las armas que nos ayudarán a seguir viviendo para poder despertar y seguir despertando día tras día.

El 27 de noviembre del 2058 el satélite de investigación cosmológica de los E.E. (estados europeos) Visionary-14 lo avistó por primera vez. Lo que fue durante tanto tiempo una hipótesis más, defendida por una parte no muy destacable de la comunidad astronómica se convirtió de la noche a la mañana en una cruel y fría realidad, varias fotos confirmaron lo que parecía ser un agujero negro en nuestra galaxia más cerca de lo que se pensó jamás y lo bastante grande como para absorbernos. El final no estaba cerca pero ya asomaba sus fauces que irremediablemente alcanzarían la no suficientemente valorada, hasta entonces, esfera azul...
No era fácil concretar una cifra para empezar esa temida cuenta atrás, debían tenerse en cuenta un gran numero de factores tales como la creciente aceleración, calcular fuerzas y gravedades astronómicas y valorar la infinidad de posibilidades arraigadas a posibles consecuencias provocadas por la interrelación de los demás planetas y astros, y sobretodo de la temerosa, sumamente desconocida y traidora materia oscura ya que podía influir de una trágica manera... en cualquier momento podía haber un cambio de órbita provocada por gravedades incontrolables y avanzar el proceso de aniquilación. A pesar de todo eso los más prestigiosos especialistas del tema en todo el mundo llegaron al consenso de 200 años con un margen de error de entre 50 y 75 años... no más. Mucho tiempo visto a través de un sólo hombre, un abrir y cerrar de ojos para toda la humanidad. “El” dilema estaba servido, y poco tiempo... muy poco para reaccionar... aunque de nada hubiera servido haber conocido antes el futuro desenlace de este magnífico oasis repleto de ese pequeño milagro, y por ahora, sólo conocido aquí... la vida.
Y fue entonces después de dos meses de interminables y maratonianos reuniones se aprobó el proyecto por la comunidad internacional, el cual se bautizó con el nombre de Proyecto Nuevo Génesis (NGP).
En él participaron infinidad de personas, incontables físicos, químicos, biólogos, astrónomos, cosmólogos, psicólogos, filósofos... especialistas en aerodinámica, propulsión, programación, genética, política, historia... un sinfín de prestigiosos talentos de diferentes disciplinas colaborando unidos en un sólo proyecto.
Se trataba de crear en un vehículo interestelar un ecosistema lo suficientemente estable y duradero para garantizar la permanencia, hasta llegar a otro planeta habitable. Como se trataba de un acto sólo promovido por la esperanza y la fe en la vida y su destino, llamaron a ese otro planeta fuera cual fuese “Edén”, ya que todo el proyecto en sí tenía cierta similitud con el referente literario que ya había dejado de ser una guía espiritual para convertirse solamente en una extraordinaria e inacabable obra escrita. A la nave se la llamó “Ark”.
A pesar de la tremenda aparatosidad del proyecto se mantuvo en estrictísimo secreto, minuciosamente oculto para no provocar el no ilógico pánico y caos que supondría la noticia. La intención no era la de esconder el hecho pues éticamente todos y cada uno de los seres humanos tenía derecho a saber cual iba a ser su irremediable destino. Pero comprensiblemente se necesitaba de una garantía absoluta en el desarrollo del proyecto, el cual necesitaría de varias generaciones y portentosos avances para poder al menos intentar la salvación y en ese caso el descontrol absoluto no era un factor de apoyo ni aceptable si se quería jugar esa última carta.

La tapadera fue un proyecto mundial llamado “globalización” el cual fue minuciosamente estudiado y planeado. Éste pretendía establecer una política económica mundial que englobara a todos los países del mundo, obteniendo un mercado libre y único, aunque la realidad de esas incontables reuniones, cumbres y asambleas fuera otra totalmente distinta. Pero de esa forma tenían el control del flujo de información, medios y opinión pública ocupados y “distraídos”.
Algún que otro rumor salió a la luz, alguna vía de información se escapaba de vez en cuando pero era fácil desacreditar por parte de los distintos poderes gubernamentales tales rumores. Atribuyendo tales “profecías” a sectas neoapocalípticas y cualquier persona en su sano juicio era obvio que no se dejaría engatusar por ese tipo de presagios, la moral y las creencias de esos tiempos eran una garantía para ello, el escepticismo reinaba a sus anchas en todo el planeta. Sólo bastaba en tener a todos los radiotelescopios y demás tecnología capaz de captar el “agujero” denominado “Babel 19/14” bajo riguroso control  militar, al igual que todos los miembros de los diferentes equipos participantes en el proyecto que estaban bajo vigilancia y control permanente. Incluso se creó para la ocasión un cuerpo especial dedicado exclusivamente a cerciorarse de que no hubiera ninguna fuga. Un cuerpo de elite formado tan sólo por la gente de más prestigioso nivel y lealtad absoluta, a pesar de eso eran muy pocos los que sabían esa escondida verdad, ni ellos mismos sabían los que la formaban. Entre ellos configuraban una red, en la que por su propia seguridad, cada uno sabía sólo una pequeña pieza del puzzle completo. Sólo cumplían “ordenes”. No era novedad haber de liquidar algún dirigente de algún partido político de la oposición de algún gobierno tercermundista sin hacer pregunta alguna, o controlar llamadas, correos o e-mails de gran cantidad de gente influyente. Muy pocos sabían de su existencia, eran gente “invisible” sin identidad, ni nombre ni vida. En círculos privados eran conocidos con el nombre de “Arcángeles” por su misteriosa y sacrificada existencia que por bien o por mal su misión era la de velar por la humanidad.

“La Elección”
El siguiente debate se centró en el diseño que debía tener el Ark... Casi todos los ingenieros coincidieron en una cosa: la forma, que era o bien de anillo(s) o bien cilíndrica o esférica.. etc... a fin de tener menos problemas a la hora de conseguir una gravedad uniforme en toda la zona y aprovechar al máximo la superficie  habitable del recinto en todos sus posibles niveles...

Se acabó por seleccionar a dos de entre las innumerables propuestas... Fueron las dos propuestas que más “devotos” tenían entre la multitud de especialistas... Una vez más la dualidad afloró.
La primera propuesta era la de los bautizados como “naturalistas”, quienes optaban por imitar a la naturaleza, seguir sus patrones y pautas para, de esta forma, alterar lo menos posible el hábitat que durante tanto tiempo marcó la vida de todos los seres vivos... “Al fin y al cabo todos nosotros somos la adaptación de la vida aquí... con los años la evolución nos ha ido adaptando más y mejor a nuestro entorno... pero éste es nuestro entorno... y estamos adaptados a él, por lo tanto cualquier cambio podría tener consecuencias totalmente impredecibles y muy probablemente devastadoras para la vida conocida.”
El otro grupo se conocía por el nombre de “evolucionistas” ya que estos pretendían establecer unos nuevos patrones innovadores para que la vivencia fuera lo menos traumática posible... ya que éstos aseguraban que era del todo imposible “fabricar” otra tierra, por sus dimensiones, características etc. Si el hombre se había adaptado al entorno hasta entonces, ahora era el entorno el que debía adaptarse al hombre... y a las demás especies.
La principal diferencia entre el diseño de ambos era la ubicación de los habitantes. En el Ark de los “naturalistas” los habitantes eran situados de caras al exterior, en la cara externa, para seguir con el patrón impuesto hasta el momento... preservar esa visión del universo... esa visión de la esperanza... “¿qué sería la humanidad sin el cielo?”... ese cielo que tanto inspiró y tanto hizo por nosotros. Gracias a él descubrimos lo que somos, lo que formamos, lo que tenemos y no olvidemos que fue él mismo quien nos reveló nuestro propio fin. Por lo tanto era su más principal motivo para defender esa opción.

En cambio la propuesta “evolucionista” consistía en que los habitantes permanecieran en el interior, en la cara interna de la nave, sin tener tan en cuenta el aspecto filosófico-histórico... ya que insistían en que el Ark no dejaba de ser un mero transporte y no un medio permanente, el cual debía construirse con la mayor rapidez y fiabilidad posible... el que fuera “interno” resolvía el principal factor: la gravedad. Bien sencillo... la fuerza centrífuga provocada por la rotación se encargaría de ello, y de esta forma se conseguía además toda la superficie exterior para cubrirla de paneles fotosensibles y poder conseguir una fuente de energía duradera y eficaz, que era el segundo punto negro del proyecto “naturalista”.
El asunto de la gravedad era el principal problema de la propuesta “naturalista” pues no lo tenían resuelto del todo... Había distintas opciones pero ninguna lo suficientemente satisfactoria. No podían fabricar una esfera lo bastante grande como para mantener las mismas dimensiones y masa que la tierra. Y tampoco habían acabado de conseguir mantener la misma masa en un cuerpo de dimensiones mucho más reducidas.. Experimentaron con materiales de masas enormes pero a pesar de eso sólo se acercaban a la gravedad deseada pero sin conseguirla... El rellenar el núcleo con ese tipo de materiales, los cuales casi todos eran radioactivos resultaba un peligro, al mismo tiempo pretendían usar el mismo núcleo como fuente de energía, pero el tener ese núcleo hacía del Ark un artefacto demasiado peligroso...
El tercer punto importantísimo era el asunto del aire, microclimas, desagües etc... etc... Si los “naturalistas” conseguían la gravedad deseada no habría problema en retener el aire, creando una atmósfera artificial, incluso podían llegar a imitar el ecosistema casi entero, con lluvias, viento etc... sólo debían conseguir una fuente térmicoluminosa... “... demasiado utópico... nunca jamás se debe subestimar la naturaleza, no es un juego de niños...”
Los evolucionistas resolvieron una vez más el problema de una manera práctica, climatizadores, tuberías, deshumidificadores, sistemas de control ambiental etc... se encargarían del asunto... pero todavía quedaba el asunto del oxigeno “¿de donde sacarlo?” Finalmente después de la segunda oleada de reuniones se apostó por la propuesta “evolucionista” que a pesar de ser arriesgada a largo plazo, por las secuelas psicológicas que podía producir el aislamiento, y por algún detalle por resolver, era la que menos riesgo tenía.
La naturaleza nos había llevado a esa situación... ahora debía ser el hombre el que lo evitara con las armas que la misma naturaleza le proporcionó.

“La Exploración”
El primer problema con el que se encontraron fue lo realmente poco que se conocía acerca de los agujeros negros, sabían de su existencia desde hacía décadas pero siempre lo habían tratado sobre el papel. Se sabía que era tremendamente peligroso y “goloso” por así decirlo pues absorbe todo lo que le rodea, pero no se sabía ni
con qué fuerza, ni a que distancia... etc...
Así que diseñaron la misión “Rytram” como parte del proyecto. La misión consistió en enviar una sonda no tripulada hacia “Babel 14/16” para recoger datos y saber un poco más de ellos. Sobretodo saber cual era la fecha límite para la partida del Ark antes de que fuera imposible cualquier intento de escapar sin ser absorbido por el agujero.
Al mismo tiempo se lanzaron 12 sondas (Guide 1-12) para empezar a confeccionar una especie de cartografía galáctica para poder decidir el rumbo de partida más adecuado y poder tener de antemano suficiente información sobre el camino que sería escogido más adelante. Se tenía previsto enviar sondas periódicamente en un intervalo todavía por decidir pero en todo caso no superior a los 10 años.
Pasó el tiempo y el Ark fue tomado forma, bajo una nueva tapadera esta vez de origen científico, una estación espacial internacional, llamada Alfa, en ella se fue creando lo que sería el embrión del verdadero artilugio. Poco a poco, viaje a viaje la lanzadera Messenger 7 fue transportando los distintos módulos de los cuales  estaba compuesto el Ark... Alfa para el resto de los mortales.
La estación espacial internacional más que ser el Ark en si, era más bien el taller donde la iban a ensamblar, ya que una estructura de tal magnitud era del todo imposible fabricarla en tierra para después lanzarla al espacio. Así que construyeron primero la estructura que serviría para la construcción del verdadero Ark.


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Diseño y maquetación: Mariona Maresma

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