Ignasi Bosch

Ser, estar

Quiero ser amor para compartir
Quiero ser odio para arrebatar
Quiero ser yo para saber quién soy
Quiero ser tú para saber cómo eres
Quiero ser todo, para saber
Quiero ser nada, para aprender
Quiero ser verdad, sentirme real
Quiero ser mentira, ejercer de sueño
Quiero ser deseo, para satisfacer
Quiero ser feliz, para disfrutar y abusar
Quiero ser infeliz, para luchar y perseguir

Quiero ser vida, para descubrir
Quiero ser muerte, para acabar
Quiero ser ojos, para detectar la luz, descifrarla, no percibir ningún otro sentido que pueda interferir, para ver lo que no se puede ocultar, ver otros ojos, ver corazones, ver pensamientos.
Quiero ser tacto, para palpar emociones, la otra dimensión del mismo mundo, para apreciar físicamente este mundo.
Quiero ser olfato, para perderme en el laberinto de lo sutil, adentrarme en el aire y descifrar el origen, vislumbrar intenciones, descubrir reacciones.
Quiero ser oído, para sumergirme en las olas, ondas que vienen y van. Disfrutar del concierto cotidiano, desentrelazar, filtrar el mundo, separarlo a añicos para contemplar su composición.
Quiero ser gusto, y saborear directamente, analizar cada inquilino nuevo, revelar y entender lo refinado. Apreciar y valorar lo necesitado.
Quiero ser pez, para sentirme de otro mundo, tener otra dirección para escoger, para flotar en la profundidad, para temer mucho más. Tener siempre un refugio en la oscuridad.
Quiero ser ave, para tener otro punto de vista, contemplar la verdad desde lo alto, sentir el aire virgen, que nada ha tocado en mi cara. Controlar el propio cuerpo como único vehículo.
Quiero ser lombriz, para enterrarme en lo más hondo, palpar las entrañas de la realidad, yacer semiinerte, meditativo en el submundo.
Quiero ser pingüino, para sentirme arrebatado de mi propia naturaleza, extraño en un frío entorno, fuerte por sobrevivir en un escenario hostil, vulnerable a ojos forasteros.
Quiero ser lagartija, para sacar algo de bueno de lo que a cualquier otro podría matar, sentir comodidad donde el ambiente es asfixiante.

Quiero ser pintura, fotografía hecha por los ojos del espíritu ejercida por el pulso. Dominar y crear colores.
Quiero ser escultura, materia inerte moldeada y convertida en vida, en movimiento. Poder de visión. Suavidad de lo rugoso.
Quiero ser poesía, una descripción de lo innombrable, ejercer de palabra de aquello que no tiene nombre.

Quiero ser música, flotante sin forma pero con contenido, ser sentimiento en esencia pura, capaz de enseñar, aprender y evolucionar sin cambiar. Extensión de la propia alma. Vehículo de las emociones.
Quiero ser teatro, para convertir una historia en arte, cualquier hecho o diálogo transformarlo en artesanía de la forma. Encontrar profundidad en la propia realidad. Aprender a descifrar lo cotidiano, encontrar más definición en lo habitual.

Quiero ser mar, para estar siempre en continuo movimiento, ejercer de hogar a la vida, para ser inestable, impredecible, terriblemente vulnerable a las circunstancias. Impuro pero genuino.
Quiero ser tierra, para sentirme real, firme incorrupto. Tremendamente variado, rico, y capaz del más terrible extremismo. Aunque irremediablemente necesitado y necesitador.
Quiero ser fuego, sentirme indomable, traidor. Poderoso, aliado del desastre. Castigador de lo orgánico. Siempre sorprendente.
Quiero ser aire, poderme escabullir en todos los rincones, sin cuerpo, sin alma, sin mente ni moral, libre.. o quizás poco preso. Sólo por la gravedad pasando frío y calor, viajando sin parar.
Quiero ser naturaleza, para haber creado sin necesidad de entender una cadena perfecta, insustituible e indestructible

Quiero ser sabio, saber lo que me falta por aprender, crear mis propios enigmas y poder descifrarlos. Para sentirme incomprendido.
Quiero ser ignorante, para estar tranquilo, no leer entre líneas ni formular preguntas que no importan, para simplemente ser.
Quiero ser loco, para comprender este mundo, encontrar la lógica donde no la hay, para ver molinos y no gigantes.
Quiero ser ingenuo, para poder creer, para no sufrir, para conseguir dejar de temer, para lograr confiar en todos y en mí.
Quiero ser mezquino, y notar el hielo en mis venas, sentir rencor y odio para sentirme vivo, borrar el arrepentimiento.

Quiero ser brujo, para exprimir la naturaleza, crear efectos y afectos, creer en magias y esperanzas.

Quiero ser bufón, para con mi tristeza hacer reír a los demás, objeto de distracción totalmente reemplazable.
Quiero ser monje, hipotecar mi vida a una fe firme y desinteresada, invertir el tiempo en quehaceres más útiles.
Quiero ser caballero, deberme al honor, mi única y sólida razón de ser. Partir en busca de aventuras y luchar por una causa.
Quiero ser princesa, argumentar delicadeza, Guardiana y protectora de un sagrado tesoro sólo destinado a algún afortunado.


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Diseño y maquetación: Mariona Maresma

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